Un artículo de la US National Library of Medicine, National Institutes of Health analiza que en todas las jurisdicciones, se establecieron leyes y salvaguardas para prevenir el abuso y el mal uso de estas prácticas. Las medidas de prevención han incluido, entre otros, el consentimiento explícito de la persona que solicita la eutanasia, la notificación obligatoria de todos los casos, la administración solo por médicos y la consulta de un segundo médico. La investigación proporciona evidencia de que estas leyes y salvaguardas son regularmente ignoradas y transgredidas en todas las jurisdicciones y que las transgresiones no llegan a ser penadas por la justicia. Cita ejemplos en que alrededor de 900 personas al año reciben sustancias letales sin haber dado su consentimiento explícito, o de lugares en que casi el 50% de los casos de eutanasia no se informan. El estudio analizar que la mayor tolerancia a las transgresiones en sociedades con tales leyes representa una “pendiente resbaladiza” social, y que, aunque la intención inicial era limitar la eutanasia y el suicidio asistido a una opción de último recurso para un número muy pequeño de personas con enfermedades terminales, algunas jurisdicciones ahora extienden la práctica a recién nacidos, niños y personas con demencia. En algunos casos, una enfermedad terminal ya no es un requisito previo y se está considerando la eutanasia para cualquier persona mayor de 70 años que esté “cansada de vivir”. La legalización de la eutanasia y el suicidio asistido, por lo tanto, pone en riesgo a muchas personas, afecta los valores de la sociedad con el tiempo y no proporciona controles ni salvaguardas. El cambio social ha llevado a que el hecho de negar la eutanasia sea considerado como una forma de discriminación contra las personas con enfermedades crónicas, ya sean físicas o psicológicas, porque esas personas se verán obligadas a “sufrir” más tiempo que las personas con enfermedades terminales. La eutanasia no voluntaria ahora se justifica apelando al deber social de los ciudadanos y al pilar ético de la beneficencia. Así, la eutanasia ha pasado de ser una medida de último recurso a una de intervención temprana. Mag. Pablo Torres Fuente:https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3070710/
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